Mindfulness…¿Para qué sirve?

Últimamente no dejamos de oír hablar de Mindfulness… ¿Qué es realmente? Y sobre todo… ¿Para qué sirve?

Son muchas las veces, a lo largo del día, que nuestra mente da rienda suelta a pensamientos y emociones que vienen de manera automática, acerca de hechos pasados o temas todavía pendientes…ese vaivén de pensamientos y sentimientos, no solo nos impide vivir y disfrutar del momento sino que nos contagia y nos fusiona con ese recuerdo angustioso o ese nerviosismo futuro.

En los trastornos de ansiedad es muy frecuente encontrarnos con este tipo de comportamientos relacionados con los pensamientos, en los cuales la persona tiende a anticipar catástrofes, imaginarse escenarios negativos futuros, revivir situaciones pasadas en las cuales se ha sentido mal…de manera que gran parte de su tiempo lo emplea en situaciones ya pasadas o en situaciones imaginarias que nunca han existido.

Si tenemos en cuenta, que la mayoría de las situaciones que anticipamos que van a ser catastróficas, luego resultan no ser tan dramáticas…(“seguro que no podré articular palabra en la reunión”, “quedaré en ridículo”, “si no me llama a la hora que le he dicho será porque le habrá pasado algo malo”)… el tiempo que dedicamos a pensar en estas y en otras hipotéticas situaciones, nos roba, no solo el tiempo que podríamos dedicarle a vivir lo real, lo presente, sino que nos genera un malestar, muchas veces inútil.

Mindfulness no es una técnica, ni es meditación…es una cualidad de la mente, una actitud de estar atento al momento presente, tanto en lo que sucede dentro de nosotros como en lo que ocurre fuera de nosotros mismos y su práctica se orienta a: centrar nuestra atención en lo que nos interesa en ese momento, desde un paseo por el campo o un momento de juegos con tus hijos a una emoción de la que llevamos tiendo huyendo.

La Psicología lleva años haciendo uso de Mindfulness y con una práctica continuada, las áreas del cerebro implicadas en el control de las emociones se activan significativamente mejorando la autorregulación y la atención, con todo lo que ello implica:

  • Mejora notablemente el manejo de la ansiedad física y mental.
  • Mejora la atención y la concentración.
  • Incrementa la capacidad de introspección.
  • Reduce el estrés.
  • Te permite vivir el momento presente.
  • Mejora el autoconocimiento, muy relacionado con la autoestima.

Son tantas las ventajas que podemos obtener con su práctica que merece la pena probar, ¿no crees?

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