Somos seres sociales
Las personas somos seres sociales y como tal necesitamos, en mayor o menor medida de las interacciones con otros seres humanos. Necesitamos del contacto humano para vincularnos de manera afectiva y desde que nacemos, a través del apego, esta necesidad se convierte en una de las más importantes a ser cubierta.
Necesitamos sentirnos atendidos, escuchados, comprendidos, queridos por otras personas y compartir nuestras experiencias y conocimientos con los demás.
No todas las personas tienen las mismas necesidades sociales, hay personas más gregarias que necesitan muchas interacciones de manera frecuente y por el contrario hay otras que tienen un contexto social más reducido y disfrutan en mayor medida de los espacios en soledad.
Cualquiera de los dos estilos de necesidad e interacción social descritos anteriormente, si la persona los vive con normalidad y satisface sus necesidades, son aceptables.
Las dificultades en las relaciones sociales pueden ser diversas y deberse a diferentes causas, a continuación os presento algunas de las más frecuentes:
Enfado patológico
El enfado es una emoción normal que todas las personas experimentamos y es necesario y adaptativo sentirla ya que nos ayuda a manifestar que algo no nos gusta y a defendernos de esa situación o posible amenaza que podamos experimentar.
Cuando hablamos de enfado patológico, una problemática poco reconocida o atendida por la psicología, hablamos de una tendencia a sentir esa emoción de manera más frecuente y con una intensidad y/o duración mayor, que afecta a la estabilidad emocional de quien lo sufre y a la calidad de sus relaciones personales.
Ansiedad social (fobia social)
Lo que predomina en la fobia social es un nerviosismo muy intenso en las interacciones sociales, de manera que al pasarlo tan mal en esas situaciones la persona muchas veces opta por evitar ir a determinadas reuniones sociales o tiende a no participar para pasar desapercibido.
La persona con ansiedad social puede tener buenas habilidades sociales y aun así ponerse excesivamente nervioso y pasarlo mal.
Falta de habilidades sociales
Celos y desconfianza
Cuando hablamos de celos o de desconfianza, hablamos otra vez de emociones, en esta ocasión causadas por la sospecha o el temor de que la persona a la que queremos (pareja, amigo, compañero, familiar…) prefiera o de repente derive su afecto hacia otra persona.
¿Cuándo puede volverse problemático sentir estas emociones?
